
Caballero con la mano en el pecho
Garten der lüste prado
Desafíe a su cerebro con un rompecabezas diseñado por un artista independiente. Nuestros puzzles están fabricados con papel de primera calidad de 0,2″ de grosor e incluyen un revestimiento semibrillante en la superficie superior para que la imagen destaque. Los rompecabezas están disponibles en dos tamaños diferentes, y cada rompecabezas incluye una caja de rompecabezas con la obra de arte impresa en la parte superior para guardarla de forma segura cuando no estés jugando. Las piezas del puzzle tienen formas únicas.
La intensidad del color y la claridad de la imagen son excelentes. Sin embargo, las piezas están mal hechas. Muchas de las piezas venían todavía pegadas, y una de cada cuatro necesitaba pegamento para fijar el soporte o un cuchillo x-acto para limpiar las muescas. La superficie brillante desprende un olor químico y deja una sensación de polvo en las manos.
La imagen es preciosa, pero el puzzle no lo es. El objetivo de un rompecabezas es el desafío de armarlo. Este rompecabezas venía en trozos ensamblados que me llevó dos horas desmontar. Las piezas ni siquiera estaban bien cortadas – muchas, muchas no estaban cortadas del todo. Lo compré para mi hijo y su mujer, que se casaron en ese precioso juzgado, pero ni siquiera sé si quiero dárselo porque muchas de las piezas se rompieron al intentar desmontarlas. Sus artistas son maravillosos, pero necesitan un nuevo fabricante de rompecabezas.
Colección del Prado en línea
El caballero de la mano en el pecho (también conocido como El caballero de la mano en el pecho [1] o El caballero de la mano en el pecho; español – El caballero de la mano en el pecho)[2] es un óleo de El Greco.
Pintado en Toledo hacia 1580, y expuesto en el Museo del Prado,[3] es el más famoso de una serie de retratos profanos de caballeros desconocidos, todos ellos vestidos de negro y con gorguera blanca, sobre fondos oscuros[1].
Algunos autores sugieren que podría tratarse de un retrato de Juan de Silva y Ribera, III Marqués de Montemayor y alcaide del Alcázar de Toledo[3] El artista Rupert Shrive y el historiador Alex Burghart también han argumentado que podría tratarse de un autorretrato[4]. [4] Varias observaciones apuntan también a que se trata de Miguel de Cervantes, como la coincidencia de la edad de Cervantes y la fecha del retrato, el hecho de que la mano izquierda del personaje esté oculta y que Cervantes haya perdido el brazo luchando en la batalla de Lepanto,[5] así como el parecido con el retrato no confirmado de Cervantes supuestamente pintado por Juan de Jáuregui.
Goya prado
Este magnífico retrato, que se ha convertido en un icono de la pintura mundial, muestra a un caballero desconocido, probablemente un aristócrata toledano, que es retratado como el prototipo del noble español de la época.
El artista parece querer llamar nuestra atención sobre la mano del retratado, con una elegante pose que El Greco utilizó en muchas de sus figuras, en la que el dedo corazón y el anular están separados del índice y el meñique. Ha utilizado el fino encaje del puño para enmarcar y resaltar la belleza de la mano. Junto a ella hay dos objetos: la fina empuñadura de la espada que denota la condición de noble del retratado, y que tanta fama dio al artesano toledano; y una cadena de oro casi invisible, de la que pende un medallón semioculto en el pecho. El cuello de gorguera de fino encaje, muy típico de la moda del siglo XVI, enmarca su rostro imperturbable y su mirada ausente.
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Las tres gracias rubens
El noble con la mano en el pecho Esta obra maestra del Renacimiento español es una de las más conocidas de El Greco. Destaca por su expresiva mirada y la naturalidad del gesto de la mano. Fue pintada en los primeros años de la estancia del artista en Toledo, y merece un análisis más detallado, ya que presenta varias características clave del estilo del artista. Entre ellas, las exageradas desproporciones anatómicas, la figura estilizada y la profundidad de la mirada del personaje.
Ilustra perfectamente el estilo sobrio de la vestimenta en la España de la época. Existen diversas teorías sobre el significado del gesto. Podría simbolizar un estado de ánimo, como el arrepentimiento o un voto.
Hoy se cree que es un retrato de Juan de Silva y Ribera, notario mayor de Toledo. Sin embargo, ha habido varias hipótesis sobre la identidad del retratado, entre ellas la de Cervantes o la de un autorretrato del artista.
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