
Las primeras revoluciones sociales
Revolución política
Estados y revoluciones sociales: A Comparative Analysis of France, Russia and China es un libro de 1979 de Theda Skocpol, publicado por Cambridge University Press, que examina las causas de las revoluciones sociales.
En el libro, Skocpol realiza un análisis histórico comparativo de la Revolución Francesa de 1789 hasta principios del siglo XIX, la Revolución Rusa de 1917 hasta la década de 1930 y la Revolución China de 1911 hasta la Revolución Cultural de la década de 1960. Skocpol argumenta que las revoluciones sociales se produjeron en estos estados debido a la ocurrencia simultánea de la ruptura del Estado y la revolución campesina[1].
Skocpol afirma que las revoluciones sociales son transformaciones rápidas y básicas de las estructuras estatales y de clase de una sociedad. Distingue esto de las meras rebeliones, que implican una revuelta de las clases subalternas pero pueden no crear un cambio estructural, y de las revoluciones políticas que pueden cambiar las estructuras estatales pero no las sociales. Lo que es único de las revoluciones sociales, argumenta, es que los cambios básicos en la estructura social y la estructura política se producen de forma que se refuerzan mutuamente y estos cambios se producen a través de un intenso conflicto sociopolítico. La convergencia de la rebelión campesina, por un lado, y las presiones internacionales que provocan la ruptura del Estado, por otro, provocan movimientos sociales revolucionarios[2].
La revolución proletaria
Las revoluciones sociales son cambios repentinos en la estructura y la naturaleza de la sociedad[1]. Se suele reconocer que estas revoluciones han transformado la sociedad, la economía, la cultura, la filosofía y la tecnología, además de los sistemas políticos[2].
Theda Skocpol en su artículo “France, Russia, China: Un análisis estructural de las revoluciones sociales”, afirma que la revolución social es una “combinación de transformación estructural profunda y de agitación masiva de clases”[3]. Huntington de que “es un cambio interno rápido, fundamental y violento en los valores y mitos dominantes de la sociedad, en sus instituciones políticas, en la estructura social, en el liderazgo y en las actividades y políticas del gobierno”[4] y la de Vladimir Lenin, de que las revoluciones son “las fiestas de los oprimidos… [que actúan] como creadores de un nuevo orden social”[5] También afirma que esta definición excluye muchas revoluciones, porque no cumplen una o las dos partes de esta definición[6].
Qué es una revolución
La mayoría de las sociedades se desarrollan siguiendo una trayectoria histórica similar. Los grupos humanos comienzan como cazadores-recolectores, tras lo cual desarrollan el pastoreo y/o la horticultura. Después de esto, suele desarrollarse una sociedad agraria, seguida finalmente por un periodo de industrialización (a veces una industria de servicios sigue a esta etapa final). No todas las sociedades pasan por todas las etapas, y algunas permanecen en una etapa concreta durante largos periodos de tiempo, incluso mientras otras se vuelven más complejas. Otras sociedades pueden saltar de etapa como resultado de los avances tecnológicos de otras sociedades.
El modo de vida de los cazadores-recolectores se basa en el consumo de plantas y animales silvestres. En consecuencia, los cazadores-recolectores suelen ser móviles y los grupos de cazadores-recolectores tienden a tener límites y composiciones fluidas. Normalmente, en las sociedades de cazadores-recolectores, los hombres cazan animales salvajes mientras las mujeres recogen frutas, frutos secos, raíces y otra vegetación. Las mujeres también cazan animales salvajes más pequeños.
La mayoría de las sociedades de cazadores-recolectores son nómadas. Dado que los recursos silvestres de una determinada región pueden agotarse rápidamente, es difícil que los cazadores-recolectores permanezcan arraigados en un lugar durante mucho tiempo. Debido a su sistema de subsistencia, estas sociedades suelen tener una densidad de población muy baja.
La revolución burguesa
La existencia de olas revolucionarias es una característica bien conocida de la historia. Este estudio sostiene que las olas revolucionarias se entienden mejor como fenómenos sistémicos que ocurren durante períodos de rápida expansión cultural mundial. Se teoriza que la rápida expansión y la mayor penetración de los vínculos culturales generan contradicciones entre los modelos idealizados y las prácticas políticas locales, potencian las oposiciones y fracturan a las élites, dando lugar a olas revolucionarias. La lógica teórica se ilustra con el ejemplo de las revoluciones atlánticas. Los análisis multivariados examinan la correspondencia entre un nuevo indicador de la cultura mundial, los procesos sistémicos adicionales y las oleadas revolucionarias a lo largo de cinco siglos de historia europea. Los resultados sugieren que la aparición de olas revolucionarias está positivamente asociada con un crecimiento cultural mundial relativamente rápido y con el declive hegemónico, tal y como indican los períodos de guerra hegemónica.
Kiser, Edgar y Drass, Kriss A. (1987) “Changes in the core of the world-system and the production of utopian literature in Great Britain and the United States, 1883-1975”. American Sociological Review
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