
Miguel angel comienza a pintar la capilla sixtina
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Capilla XVI
La Creación de Adán (en italiano: Creazione di Adamo) es una pintura al fresco del artista italiano Miguel Ángel, que forma parte del techo de la Capilla Sixtina, pintada hacia 1508-1512. Ilustra el relato bíblico de la creación del libro del Génesis, en el que Dios da vida a Adán, el primer hombre. El fresco forma parte de un complejo esquema iconográfico y es cronológicamente el cuarto de la serie de paneles que representan episodios del Génesis.
Bajo el patrocinio del Papa, Miguel Ángel sufrió constantes interrupciones en su trabajo en la tumba para realizar otras numerosas tareas. Aunque Miguel Ángel trabajó en el sepulcro durante 40 años, nunca lo terminó a satisfacción[4]. Se encuentra en la iglesia de San Pedro en Vincoli, en Roma, y es más famoso por su figura central de Moisés, terminada en 1516[5] De las otras estatuas destinadas al sepulcro, dos conocidas como el Esclavo Rebelde y el Esclavo Moribundo, se encuentran ahora en el Louvre[4].
Durante el mismo periodo, Miguel Ángel pintó el techo de la Capilla Sixtina, que tardó aproximadamente cuatro años en completarse (1508-1512)[5] Según el relato de Condivi, Bramante, que estaba trabajando en la construcción de la Basílica de San Pedro, se resintió del encargo de Miguel Ángel para la tumba del Papa y convenció al Papa para que le encargara un medio con el que no estaba familiarizado, con el fin de que fracasara en la tarea[6].
El último juicio
La Capilla Sixtina es uno de los espacios interiores pintados más famosos del mundo, y prácticamente toda esta fama procede de la impresionante pintura de su techo, realizada entre 1508 y 1512. La capilla se construyó en 1479 bajo la dirección del Papa Sixto IV, que le dio su nombre (“Sixtina” deriva de “Sixto”). La ubicación del edificio está muy cerca de la Basílica de San Pedro y del Patio del Belvedere del Vaticano. Una de las funciones del espacio era servir de lugar de encuentro para que los cardenales de la Iglesia Católica se reunieran para elegir a un nuevo Papa. Incluso hoy en día, se utiliza para este fin, incluso en la reciente elección del Papa Francisco en marzo de 2013.
Originalmente, el techo abovedado de la Capilla Sixtina estaba pintado de azul y cubierto de estrellas doradas. Las paredes estaban adornadas con frescos de diferentes artistas, como Pietro Perugino, que pintó allí a Cristo entregando las llaves a San Pedro en 1482.
En 1508, el Papa Julio II (que reinó entre 1503 y 1513) contrató a Miguel Ángel para que pintara el techo de la capilla, en lugar de dejarlo como estaba. Antes de esta época, Miguel Ángel había ganado fama gracias a su trabajo como escultor, trabajando en grandes obras como la Piedad y el David. Sin embargo, no era muy apreciado por su trabajo con el pincel. Según Vasari, la razón por la que Julio encomendó tan elevada tarea a Miguel Ángel fue la instigación de dos rivales artísticos suyos, el pintor Rafael y el arquitecto Bramante. Vasari dice que los dos esperaban que Miguel Ángel fracasara, ya que estaba menos acostumbrado a pintar que a esculpir, o que se enfadara tanto con Julio que quisiera marcharse de Roma.
Visita virtual de la Capilla Sixtina en 3D
A los 17 años comenzó a disecar cadáveres del cementerio de la iglesia. Entre los años 1508 y 1512 pintó el techo de la Capilla Sixtina de Roma. Miguel Ángel Buonarroti -conocido por su nombre de pila en todo el mundo como el singular genio artístico, escultor y arquitecto- era también anatomista, un secreto que ocultó destruyendo casi todos sus bocetos y apuntes anatómicos. Ahora, 500 años después de que los dibujara, se han encontrado sus ilustraciones anatómicas ocultas -pintadas en el techo de la Capilla Sixtina, hábilmente ocultas a los ojos del Papa Julio II y de innumerables fieles religiosos, historiadores y amantes del arte durante siglos- dentro del cuerpo de Dios.
Esta es la conclusión de Ian Suk y Rafael Tamargo, en su artículo publicado en el número de mayo de 2010 de la revista científica Neurosurgery. Suk y Tamargo son expertos en neuroanatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore (Maryland). En 1990, el médico Frank Meshberger publicó un artículo en el Journal of the American Medical Association en el que descifraba las imágenes de Miguel Ángel con el asombroso reconocimiento de que la representación de Dios creando a Adán en el panel central del techo era una ilustración anatómica perfecta del cerebro humano en sección transversal. Meshberger especula que Miguel Ángel rodeó a Dios con un sudario que representaba el cerebro humano para sugerir que Dios estaba dotando a Adán no sólo de vida, sino también de una inteligencia humana suprema. Ahora, en otro panel La separación de la luz y la oscuridad (mostrado a la izquierda), Suk y Tamargo han encontrado más. Subiendo por el centro del pecho de Dios y formando su garganta, los investigadores han encontrado una representación precisa de la médula espinal y el tronco cerebral humanos.
Cómo pintó Miguel Ángel el techo de la Capilla Sixtina
Hay una obra de arte tan famosa en el mundo como la Capilla Sixtina. Asociada para siempre a los frescos de la cúpula y de Miguel Ángel, la fachada de la Sixtina acoge también obras en las paredes laterales de Botticelli, Ghirlandaio y Perugino. Narraremos aquí la historia y las vicisitudes de esta obra, empezando por la decoración de la capilla ante el artista florentino.
La Capilla Sixtina forma parte del amplio conjunto de empresas artísticas realizadas en Roma por el Papa Sixto IV, de la familia della Rovere, durante su pontificado (1471-1484). Sixto IV, hombre de gran cultura y protector de las artes y las ciencias, devolvió a la corte papal la influencia de los humanistas que casi habían desaparecido bajo el papado de Paulo II.
Sixto IV emprendió importantes transformaciones urbanísticas en Roma con el fin de restaurar la ciudad. Durante su pontificado se construyeron las principales iglesias del Quattrocento en Roma, Santa María del Pópolo y Santa Maria della Pace. Su iniciativa fue también la construcción del Hospital del Santo Spirito, cerca del Vaticano. A pesar de todos estos logros, el prestigio de Sixto IV como promotor de las artes se debe principalmente a la construcción de la Capilla Sixtina dentro de los palacios vaticanos de Roma.
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