
Obras de diego rivera y su significado
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Pinturas de Diego Rivera
Aunque se le celebra como uno de los muralistas más destacados de México, el camino de Diego Rivera hacia la fama se definió por una experimentación largamente olvidada. Nacido en 1886, vivió en una época revolucionaria e inestable, y se le conoce sobre todo por su búsqueda de una identidad nacional y artística decisiva para México tras la revolución del país, que terminó en 1920. Cuando estudiaba en la Academia de San Carlos de Ciudad de México, se quejaba de los profesores que desalentaban activamente las representaciones de la cultura mexicana; sus compañeros a veces pasaban meses reproduciendo pinturas clásicas. Tras su graduación en 1906, Rivera viajó de México a España y a París, y de vuelta, buscando entre las escuelas europeas un estilo propio.
En 1915, ya había probado el colorido dramático de los antiguos maestros españoles, las pinceladas atrevidas de los postimpresionistas y, sobre todo, el cubismo. Rivera, con su imponente figura y su ambición, se encontraba a menudo a la deriva socialmente, pero en París encontró un breve parentesco con Pablo Picasso, Georges Braque y Juan Gris. Más tarde escribió sobre su primera visita al estudio de Picasso: “Después de mostrarle a Picasso estos cuadros, cenamos juntos y nos quedamos hablando prácticamente toda la noche. Nuestro tema era el cubismo: qué intentaba conseguir, qué había hecho ya y qué futuro tenía como “nueva” forma de arte”. La convergencia de las vanguardias y la creciente xenofobia en París -la simpatía por los expatriados en la ciudad estaba disminuyendo- ayudó a Rivera a salir de la sombra de sus influencias, lo que dio lugar a una de sus mayores contribuciones a la historia del arte: una variante claramente mexicana del cubismo. A continuación se presenta una selección de sus primeras pinturas que trazan la evolución de Rivera de estudiante a innovador.
Diego rivera esposa
Artista(s) en foco, Obra(s) en foco, Listas principales, Historia del arte 28 de junio de 2016 Nadia Herzog Si has oído hablar de Diego Rivera, probablemente también hayas oído hablar de sus murales. Pero, ¿cómo empezó todo? Siendo un joven artista mexicano, Diego Rivera disfrutó de unos 15 años realmente inspiradores que pasó en Europa, de 1907 a 1921. Cuando regresó a México, estaba a punto de pasar la siguiente página de su vida personal y profesional. Comenzó a inclinarse por la pintura mural y al fresco. Pronto, Rivera se involucró en el programa de murales mexicanos patrocinado por el gobierno y planificado por José Vasconcelos, ministro de Educación de México en aquella época. Fue el punto de partida de la carrera de Diego Rivera como muralista. Y tenía grandes planes para esa carrera. Para la pintura mural de la Secretaría de Educación Pública en la Ciudad de México, por ejemplo, tenía la intención de crear 124 frescos diferentes. Así lo hizo, y los pintó de 1922 a 1928.
Al mismo tiempo, otra parte importante de la vida de Diego Rivera había comenzado. En otoño de 1922, Rivera fue uno de los fundadores del Sindicato Revolucionario de Trabajadores Técnicos, Pintores y Escultores. Ese mismo año se afilió al Partido Comunista Mexicano. Como artista, estaba comprometido socialmente, por lo que sus obras expresaban su orientación política de izquierdas. Diego Rivera promovía el comunismo y el socialismo y creía en el carácter revolucionario de las artes. Como marxista de toda la vida, también mantuvo fuertes relaciones con la Unión Soviética. Pero eso no le impidió abrirse camino en Estados Unidos. Al menos al principio. Hubo varias situaciones controvertidas más adelante, cuando los comisionados y mecenas de Estados Unidos le pidieron que cambiara algunas partes de sus murales. Pero Diego Rivera no quería cambiar sus murales, así que no lo hizo.
Estilo de arte de Diego Rivera
Diego Rivera, uno de los pioneros del muralismo mexicano, fue famoso por sus frescos de gran realismo y sus vibrantes pinturas. Fue un apasionado de la pintura desde la infancia y comenzó a estudiar arte en la Academia de San Carlos de México cuando apenas tenía diez años. Emigró a Europa en el año 1907, y Teodoro A. Dehesa Méndez, gobernador del estado mexicano de Veracruz, patrocinó sus estudios allí.
Al principio permaneció en España y poco a poco se trasladó a Francia, donde tuvo el privilegio de convivir y trabajar con multitud de eminentes personalidades. Fue en París donde conoció el movimiento cubista liderado por artistas notables como Georges Braque, Pablo Picasso y Juan Gris. Adoptó esta nueva forma de arte entre 1913 y 1917, tras lo cual se centró en el postimpresionismo al inspirarse en Paul Cezanne. Su genio artístico fue apreciado en todo el mundo y se presentó en diferentes exposiciones por todo el mundo. Sus cuadros eran espontáneos, como él mismo decía “pinto lo que veo”, “pinto lo que pinto” y “pinto lo que pienso”. Se casó varias veces; una de sus esposas fue la famosa artista mexicana Frida Kahlo, con la que contrajo matrimonio en 1929. Su boda pasó por muchas turbulencias, y tras divorciarse en 1939, volvieron a casarse en 1940, permaneciendo como pareja hasta la muerte de Frida. Rivera murió a los 70 años a causa de una insuficiencia cardíaca.
Premios Diego Rivera
“… (El cubismo) fue un movimiento revolucionario, que cuestionaba todo lo que se había dicho y hecho anteriormente en el arte. No tenía nada de sagrado. Al igual que la palabra antigua pronto saltaría por los aires, para no volver a ser la misma, el cubismo rompía las formas tal y como se habían visto durante siglos, y creaba a partir de los fragmentos nuevas formas, nuevos objetos, nuevos patrones y -en definitiva- nuevos mundos.” 2 de 4
“Toda duda interior, el conflicto que tanto me había torturado en Europa, había desaparecido. Pintaba con la misma naturalidad con la que respiraba, hablaba o sudaba. Mi estilo nació como un niño, en un momento, con la diferencia de que este nacimiento tuvo lugar al final de una dolorosa gestación de 35 años.” 3 de 4
“La masa en marcha… tenía el movimiento flotante de una serpiente, pero era más impresionante… A la cabeza de esta sinuosa y ondulante masa de criaturas había un grupo en forma de enorme locomotora. Una gran estrella roja y cinco picos estaban sobre el “cilindro” de la “caldera”. El “faro” era una enorme inscripción entre dos banderas: LOS SINDICATOS SON LAS LOCOMOTORAS QUE MUEVEN EL TREN DE LA REVOLUCIÓN. LA TEORÍA REVOLUCIONARIA CORRECTA ES LA VÍA DE ACERO”. 4 de 4
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